Un día caluroso de verano, tu piel desprende humedad, empiezas a sofocarte y buscas ventilador o vas abanico en mano. Sufres un poco sí, pero piensa en ese pobre ordenador portátil. El sí que sufre de verdad con el intenso calor que se genera en su interior.
Si después de una limpieza de disipador (previo desmontaje), con el pincel de marras acompañado de aire comprimido, sigue calentito. Es hora de buscar el refrigerante para tu querido aparato personal.
Una base refrigerante de aluminio es lo más recomendable, pero que también lleve ventiladores o hará poca cosa.
Eso sí, prestar especial atención a si las aspas inhalan o exhalan el aire. Basta con fijarse bien en la forma de curvatura de las mismas. Además de comprobar, si los respiraderos en la base del portátil recogen o expulsan.
La base que he escogido para el comentario es la G4TZ de Titan, puesto que la versatilidad es lo que mejor la describe. Fabricada en plástico ligero con recubrimiento de aluminio en zonas de importancia, 4 ventiladores de 2050rpm (bien decente),
forma extensible de 12 a 17"
y posibilidad de elegir entre inhalar o exhalar el aire...
...en definitiva, versátil.
Con un precio que ronda los 40€ y un consumo de 3W USB, esta base es adecuada si deseas recibir la gratitud de tu PC en forma de rendimiento o librarse de apagones de seguridad por sobrecalentamiento.
Personalmente le he añadido para usar en casa, un soporte extra de aluminio para elevar aún más los ventiladores, puesto que así recogen más cantidad de aire (lanza aire más fresco que estando solamente con las gomas), me aseguro que la base refrigerante está sobre material frío, y elevo a una curvatura agradable para las muñecas a nuestro compañero de informática.
Comparando las temperaturas de GPU y CPU (lo que más relevancia tiene), he acabado por ver que merece la pena tener una base refrigerante.
Sin Base en IDLE
GPU- 66º
CPU- 55º
Sin Base en Juegos
GPU- 95º
CPU- 78º
Con Base en IDLE
GPU- 54º
CPU- 39º
Con Base en Juegos
GPU- 78º
CPU- 61º
